lunes, 21 de diciembre de 2015

Madre de monstruos

Dieron a luz a aquellos seres humanos de almas impuras, las madres de monstruos que calmaron sus gritos. Amaron a todos sus hijos, desde el tirano sin corazón al asesino con las manos manchadas de sangre. Se aferraron a la esperanza de que vieran la luz en sus vidas; logrando algunas la visión con lágrimas y otras la oscuridad desde sus tumbas.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Las malas cosechas

Aún no es el tiempo y ya está 
sus manos de hielo sacándome de la tierra,
dejando mis raíces queridas, 
tomando mi fruto sin jugo...

Olvidó esperar a las estaciones, 
cultivarme, gozarme
cuando estuviese madura.

Fui semilla arrojada por azar de la vida.
Iba a ser el árbol más fuerte que podrías imaginar.
Los pájaros iban a dejar nidos en mis ramas 
y cantarían cada alba.

Pero azota el viento, 
tus palabras, 
y mis hojas se desprenden 
con gotas de lluvia.

Ya no tengas piedad; devora toda mi belleza,
devórame hasta la fealdad.
No habrá ya alimento alguno que saciar
y los dos sentiremos el mismo vacío.

Se te olvidó que era el cultivo del amor.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

El pájaro carmesí

Cuando regresó a su antiguo hogar a recoger las últimas pertenencias, vio que aquella jaula de su memoria seguía colgando en el balcón de al lado. El canto del pájaro carmesí aún resonaba en sus adentros produciéndole en la piel el renacer del fuego que vivió en ese infierno. Cada paliza, lágrima y grito era la asociación de su canto. La violencia es el último aguante para replantearse la vida. Así que aprendió a ser fuerte y abrir la puerta de su cautiverio, pues los seres alados no sirven para vivir en prisión.

sábado, 21 de noviembre de 2015

En sus ojos

Se llamaba Claudia, una niña preciosa con ojos grandes oscuros. Eduardo la amaba, pero los días pasaban sin que ella le mirase, refugiada siempre en su torre de libros. Una triste tarde, un cuervo se posó en su hombro, y la muerte invadió el corazón de Eduardo. Cuando pudo ver estaba ante un libro, llorando lágrimas de sangre… ¡desde los grandiosos ojos de Claudia, ya siempre suyos!

viernes, 13 de noviembre de 2015

Estatuas de Sal

Nunca supimos cómo llegamos a la playa,
cubierto el cielo de un tono gris,
volando las gaviotas en llamas. 
Nuestro abrazo quedó fundido en la orilla,
con los ojos puestos en el horizonte.
  
El agua arrastró los castillos de arena,
convirtiendo el momento en pasado 
para que el corazón lo recordase.

Fuimos estatuas de sal empapadas de lágrimas,
unidas aún cuando la marea nos cubría, 
y luego bajaba, 
sin temer días y noches de tempestad. 

martes, 10 de noviembre de 2015

Confeti

Nunca le gustaron las fiestas, hasta el día en que la conoció sintiendo la invitación en su mirada. Ella le sorprendió con el regalo de su cuerpo, y juntos danzaron al ritmo del deseo y se embriagaron de besos. 
 Cuando despertaron estaban cubiertos de confeti que el viento no tardó en llevarse.

lunes, 9 de noviembre de 2015

La sabia del roble

Fue en una época oscura de mi vida, consumida por el dolor, y perdida en mí misma, cuando mi madre decidió llevarme a conocer el roble que para ella era tan especial en su antiguo hogar. Fue entonces cuando me contó la leyenda de la sabia del roble. 
 Hace mucho tiempo, existió una mujer perteneciente a una tribu que vivía en armonía con la naturaleza, teniendo cada persona un don especial. Nayra poseía la magia de percibir y transmitir sus sentimientos con sólo una mirada o contacto. Un día, un forastero llegó a la tribu herido y Nayra lo atendió, despertando en él las pasiones de su corazón. Ella abandonó su hogar con él y formó una familia en su tierra. Pero los hombres de allí eran bárbaros, y no tenían conciencia alguna en sus pensamientos. La razón era instrumental, encaminada únicamente a la satisfacción de sus fines propios, egoístas y manipulables, perdiéndose en su utilitarismo toda la humanidad. En su tercer embarazo, la imposibilidad de acceder a la mente dormida de su esposo y la forma en que este educaba a sus hijos, la llevaron a huir lejos hasta encontrar en su camino un roble. Su húmeda madera le llevó la llamada de la naturaleza; le habló sobre la esperanza y la educación de los seres humanos desde su origen. Nació su primera hija y, día tras día, acudían al roble a nutrirse de sabiduría para llevarla a la civilización y despertar las mentes. 
  Una luz salvadora había desvanecido la oscuridad: me había encontrado.

jueves, 29 de octubre de 2015

Leña

Teníamos una casa de sueños al lado del bosque,
donde por las mañanas salíamos a recoger
la leña para calentarnos en la chimenea por las noches.

Un día un vendaval entró por la ventana,
rompiendo todo lo que encontró.
Dimos vueltas con las palabras, 
y nos arrastramos al precipicio con gritos.

El último golpe sonó hundiendo el hacha,
en el último amanecer que veríamos
con los pájaros volando lejos. 
  
Sin el techo que el vendaval nos arrebató,
la lluvia nos mojó la última leña del hogar. 
Ya jamás podría volver a calentar, esta pobre leña.

Y en la penumbra nos preguntamos cuánta agua
tiene que caer para que se ahogue este amor. 

Teníamos una casa de sueños al lado del bosque,
donde por las mañanas salíamos a recoger
la leña para calentarnos en la chimenea por las noches.

jueves, 22 de octubre de 2015

Tras la piel

Había leído numerosos libros 
y tenido ideas para crear el suyo propio, 
pero nunca se atrevió. 
Hasta el día en que conoció a Eva Luna, 
que le ofreció su cuerpo y el pincel 
para cubrirla de las primeras letras de su historia. 
Él era su amante, él era su autor. 

Con el tiempo la fama le cegó, 
sin ver, lejos de ella, 
lo que había tras la piel.   

sábado, 17 de octubre de 2015

El gran sueño de Tomás

Tomás siempre había sido un niño solitario y tímido, encerrado en su mundo imaginario. Cuando la visitó antes de mudarse, su excéntrica abuela le entregó un libro con el que podía conceder un deseo con solo escribirlo en una página. Tomás lo guardó hasta que, una mañana lluviosa, dibujó en la página un gigante. Cuando salió a jugar, un gigante seguía sus pasos con su paraguas.

martes, 6 de octubre de 2015

El beso de la luciérnaga

Ella era la luciérnaga que guiaba su camino en la oscuridad. Cuando sus alas se rompieron, él le construyó otras con las que volvió a aprender a volar. En un beso su luz despertó, abriéndose paso juntos en la noche tras el canto de los grillos a la luna nueva.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Huracán

Dimos tantas vueltas en el huracán que cuando nos arrojó en aquellas tierras secas y olvidadas sólo le pudimos dar la vida con nuestras lágrimas.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Sobre los cambios

Porque una se cansa de estar siempre en la misma faceta en que estuvo en etapas anteriores; porque hay que aprender a desaprender el mundo que conocimos; saber movernos en tempestades hacia la elección de nuestro camino; a no tomar desvíos que abarquen innecesariamente un tiempo que tenemos limitado. Apostar nuestro yo hacia un sueño que nos guíe y fortifique en la lucha hacia él; a nunca ser conformistas e ir siempre más lejos de lo que consigamos en el presente, superándonos. Dejar de usar máscaras que no nos dejan respirar libremente; de ocultar silencios bajo nuestro ser que grita. Observar a través de los ojos de cada persona el alma que guardan; asumir que no todas podrán estar en tu vida. Cambiar el corazón hacia una forma más madura de amar…
 Es tiempo de sentir la llamada del viento, de saber quiénes somos y qué queremos. La búsqueda termina cuando descubres tu felicidad en lo que encuentras y es entonces cuando comienza la gran aventura.

lunes, 31 de agosto de 2015

Amor en Montreal

Cantaba la canción de su infancia mientras caminaba apoyándose con fuerza en el bastón por el sendero cubierto de las hojas del otoño.
 Los años en que Montreal resplandecía en su vida; aquellos años que consideraba el cenit de su existencia, habían quedado atrás.
 En aquél paisaje olvidado, conoció al único amor que hizo resurgir, de las profundidades oscuras de su ser, su cálido corazón; aquel con el que descubrió y aprendió el arte de amar; la persona con la que compartió su vida complementándose, sus mundos independientes que crearon un tercero pleno de los dos.
 Un soplo de viento levantó las hojas caídas en el suelo del parque, meciendo su melena de nieve; un viento con evocaciones del pasado, tan distinto y tan semejante a un tiempo.
 Ante ella vio la silueta fantasmal que la había acompañado en cada rincón de la ciudad; la silueta fantasmal que aún palpitaba en su corazón en llamas. Sus miradas se cruzaron en silencio durante un instante en el que el tiempo que dejó de existir.
 También él, de vez en cuando, se reunía con sus recuerdos.

martes, 25 de agosto de 2015

Luminiscencia

Aún me queda tiempo, amada mía,
para saber si esta noche nuestros fantasmas 
descansarán por siempre en paz con el luto 
del camino de las luciérnagas y el canto de los grillos.

Qué energía fue la que te originó, luz mía,
que yo ya no sé volver a ver sin cegarme.
Ni el humo del tabaco que fumo a orillas del mar
puede ya trazar la forma de tu cuerpo.

Será que ya queda poco; será que ya todo terminó.

domingo, 23 de agosto de 2015

Retrato

Cuando se despertó ya estaba en aquella oscura e inquietante mansión. Lo último que tan sólo pudo recordar fue caminar por un espeso bosque cuando decidió impulsivamente evadirse de todo lo que le rodeaba y asfixiaba en su vida. Dentro de la solitaria mansión, buscó alguna señal humana, pero sólo reinaba el silencio. Avanzó hasta a un largo pasillo repleto de retratos de personas de distinta época. Sus expresiones reflejaban cada uno su propio estado produciéndole una extraña sensación, aumentando sus demonios interiores en la cabeza. Una y otra vez, el mismo pasillo con los cuadros se repetía, escuchando los gritos de sus fantasmas, corriendo hasta que finalmente todos los ojos de los retratos se clavaron en él como espadas atravesándole el cuerpo. 
 Un poco más tarde, un nuevo cuadro de mirada nostálgica aparecía en la mansión. 

sábado, 22 de agosto de 2015

Terra

Ella nunca necesitaba las palabras cuando su corazón se encendía y sus ojos transmitían aquél brillo especial. Sentir los besos de cada sabor que le ofrecían era el néctar de la vida. Para defenderse de los que aún preferían hacerla volar con el viento de sus palabras, ella guardó su corazón en un cofre bajo tierra.

viernes, 21 de agosto de 2015

Oda a la Hija del viento

Sobre la fría roca el poeta se sentó reflexivo con los ojos puestos en el horizonte de la playa mientras aún perduraba el recuerdo de la que era hija del viento. Su ondulada melena debió de agitarse tomando otro rumbo en la llamada del viento al alba. Nadie sería su dueño, nadie podía retener el viento en sus manos... Y él tan sólo tenía papel y pluma para tenerla en su corazón.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Lava

Permanece todo de hielo,
el café congelado con el
humo de mis pensamientos.

Hasta que empieza a quemar 
cuando tú te atrapas 
en mi gran cama de hielo.

La banquiza se funde 
cuando tú me enlazas.
Nada es más triste, 
nada es más deseado.

Tu cuerpo es un torrente de lava,
donde todo se va consumiendo.

Un recuerdo nunca ardió tanto como aquél.

martes, 4 de agosto de 2015

Sueños de sirena

Ya está tejiendo su red de pescar, pretende atraparla junto a él, oler el salado aroma del mar salvaje. Transcender en el pensamiento de la inmensidad de aquellas aguas agitadas donde ella aparecía con su belleza en la pintura del cuadro, incitándole a su mundo. Se echa al hombro la red de pescar y se dirige a la orilla, esperando su canto de sirena, soñando con poder atraparla.   

jueves, 30 de julio de 2015

Querido Jean-Luc

Necesito decirte que el suelo que piso empieza a temblar; a destruirse el mundo que tú y yo conocimos. Mis ojos han ampliado su visión más allá de lo que pudiera imaginar. El alimento que me mantenía ya no me nutre, retorcida en esta hambre voraz que me llama. 
 Podría seguir esperándote hasta tu regreso de Montmartre para contártelo con mi propia voz, marchita como una rosa en un jarrón de cristal, pero mis pulsiones me lo impiden. 
 Mirando una vez más, mientras escribo, el gran cuadro que heredé de mi abuela, con el mar y las personas que bailan alrededor del fuego, quiero ser yo otra loca más retratada; que viva con la llama intensa y todos los colores. Quiero viajar sola a conocer el mar… Completamente sola; pues, si me acompañaras, mis ojos no podrían verte. 
 Ayer tuve un sueño: me servía de los bosques para construir un barco para naufragar en la inmensidad del mar. Y las olas me llevaron hacia la orilla de mi destino, comenzando mi camino en aquellas tierras llenas de deseo. Un sueño dentro de un sueño.
 Es la hora de partir, querido. Ojalá tú también te encuentres.

martes, 28 de julio de 2015

Polvo de estrellas

Sopló después de la última pincelada de tinta negra en su piel, mirando su cuerpo desnudo al alba con el escrito: “Le arranca la piel y salen estrellas, imposibles de atrapar, perdida en su contemplación fugaz.” Cuando abrió los ojos se volvió a encontrar excitado por ella, recorriendo los lunares de su suave piel como pequeñas estrellas en el universo. Eran polvo de estrellas.

martes, 21 de julio de 2015

El sombrero

El reloj marcaba las once de la noche cuando él llegó: llevaba su traje de chaqueta y sombrero negro.
 La dura realidad se desvanecía con su reencuentro de pasión, al ponerse ella su sombrero y crear su propia ensoñación.
 En cada visita al sombrío y frío apartamento, sentía junto a su cuerpo el descenso a los infiernos: las llamas abrasaban su corazón. Luego ascendía al cielo con sus brazos bañada de una cálida luz.
 Un amanecer, vio que se había olvidado el sombrero. Se lo puso y, por primera se vez, se vio como él: poderosa y abierta al mundo.
 El reloj marcó las once de la noche sin que él apareciera, pero a ella ya le bastaban sus fantasías.

miércoles, 15 de julio de 2015

Descifrar

 -¿Acaso no ves algo más?
 -¿Cómo qué?
 Ambos contemplaron en silencio el gran cuadro que tenían delante. Él no sabía qué más decirle, hasta que las pinturas parecieron mostrar otras vías, otras formas, y su mente divagó por cada una de ellas. Si antes había dado por hecho ver sólo una figura, la única femenina que aparecía, ahora se tornaba difusa y le transmitía nuevas sensaciones. 
 -¿Puedes verlo ahora? –dijo ella sin apartar sus oscuros y profundos ojos–. Esta pintura contiene a simple vista lo que representa, pero si la observas con más atención, y abres tu campo de visión, puedes transcender lo evidente y sentir las cosas que oculta. En la vida pasa lo mismo... Muchos debemos ver más allá de las apariencias, de los límites; igual que sentirnos como niños en un juego de descifrar.

domingo, 12 de julio de 2015

Entre pensamientos

Volveremos a ver nuestro rostro en el espejo para saber qué hicimos mal. Borraremos la imagen que tanto tiempo se mantuvo en nuestra vida. Quitando cada espina clavadas al corazón, entraremos en razón. Danzaremos a los primeros rayos del sol, guiados por la armonía del viento. Soñaremos de nuevo con más castillos que construir. Y por último, reflexionaremos sobre la piedra fría.  

martes, 7 de julio de 2015

La jaula

En una poesía pagana enreda sus pensamientos cual fragmentos unidos con el hilo de sus lágrimas. A la oscuridad busca como compañera para contarle sus tristezas, compuestas por cada corazón roto. Allí visualiza una luz que por momentos logra reconfortarla, tan pura y sagrada.
 Esta vez prepara una gran jaula de ramas y espinas para atraparla, para que guíe sus sueños en las noches donde los monstruos perforan su cabeza. Sola, aferrándose a su jaula, esperando.

lunes, 29 de junio de 2015

Deseo fugaz

Vuelve a atraparla bajo su manto de estrellas,
viajando en cada constelación de sus lunares.
Su cuerpo arde cada vez más, fundiéndose, 
formando ritmos y sonidos armónicos. 
Juegan con la luz de su universo.
Ella le dice que pida un deseo, 
uno tan fugaz como ella.
Él cierra extasiado los ojos, 
pensando si al abrirlos seguirá o no. 

martes, 9 de junio de 2015

Canción

Estuvo amando aquella canción que se repetía cada mañana desde su balcón, hasta el día en que entró por la puerta el cantante.

miércoles, 3 de junio de 2015

Sonrisa de pan

Cuando vio aquella niña con el rostro manchado por el humo, y le entregó de la bolsa de asociación de solidaridad el bocadillo, ella le dijo que esperase. Hizo con los trozos de pan una cara sonriente, esbozando su sonrisa.

martes, 12 de mayo de 2015

Eternidad

 -Sólo llegarás a mí si trazas un camino hacia mis labios. 
Veía como ella disfrutaba desafiándole, mientras descansaba sobre sus rodillas bajo el cerezo. Una flor cayó, trazando él con sus pétalos el camino hacia cada beso hasta tocar sus labios rosados. Y el instante se hizo eterno sin que las estaciones derribasen su recuerdo… ¡Siempre sería primavera!

domingo, 10 de mayo de 2015

El hombre que tenía miedo a las llaves

Había una vez un hombre que tenía miedo a las llaves. Tal era su miedo que no podía abrir nunca las puertas. Mientras los demás avanzaban en sus vidas, él rondaba siempre los mismos caminos, aquellos en los que se sentía a salvo. 
 En otro lugar lejano, había un hombre que podía hacer cosas imposibles. Su habilidad era poco conocida ya que los que acudían a él debían guardar en secreto el origen de sus milagros. 
 Un día emprendió un viaje y, por casualidad, se cruzó con un triste hombre que tenía miedo a las llaves. Para el hombre que tenía miedo a las llaves, esa casualidad no existía: pensó que lo habían conducido a él su deseo y su urgencia. 
 Después de escuchar su historia, el hombre que podía hacer cosas imposibles le concedió el poder de superar su miedo a las llaves a cambio de un precio. Sin pensarlo, aceptó, anhelando una nueva vida de libertad. Entonces su miedo desapareció y el hombre que podía hacer cosas imposibles continuó su viaje.
 El hombre que ya no tenía miedo a las llaves se encontraba visitando un museo cuando vio reflejada su imagen en un gran espejo: entonces pudo ver que su cabeza se había convertido en una llave.

martes, 5 de mayo de 2015

Por poesía

Lo mismo que por cantares 
alabar la tierra mía,
 cantándole por fandagos,
sevillanas y bulerias,
yo, también quiero cantarte 
y lo hago, por poesía.
La poesía hay que sentirla
para poderla expresar 
todo lo bello que encierra 
con su encanto natural,
es sentimiento, ternura, 
belleza, de todo impregnada está.
Mimada por sus poetas
que, le reflejaban vida,
todos fueron caminando,
más ella, quedó ahí altiva
esperando que la alaben, 
la reciten, que la lloren
y, que le digan piropos 
piropos por poesía 
piropos de mil amores.

domingo, 26 de abril de 2015

Desierto

Como dos criaturas oscuras
perdidas en el desierto,
que tragaron demasiado arena
a falta de alimento;
que bebieron demasiadas lágrimas
a falta de agua.
Ciegos quedaron por la tierra,
palpitando cuerpos desconocidos;
oliendo flores marchitas,
clavándose espinas de cactus.
Las huellas dejan marcada la memoria,
prosiguiendo la caída en el reloj de arena.
Lo sublime se desvela
en la inmensidad del desierto.
Una nueva sed se crea
en la lejanía de sus labios.
El sol quema sus cuerpos solitarios,
dos almas desnudas que aprendieron
a viajar para construir sus mundos.
Y siempre soñar con grandes castillos,
más allá de los castillos de arena.

viernes, 20 de marzo de 2015

De lirios

Lirios, pensad
que se halla de viaje
el que os mira.
~ Îo Sôgui ~

Mi preludio de la primavera no podía iniciarse o continuar con él, lamentando una historia que nunca pudo llegar a ser. Los recuerdos permanecen en el corazón, en las horas de silencio, en el café de las mañanas con una taza que me consuela con sonrisas. No merecíamos acabar así; más cuando los dos sentíamos la magia de estar juntos, como dos almas unidas por el hilo rojo del destino. El viento que siempre me guiaba de un sitio para otro me atrajo hacia ti y se paró contigo. Tantos planes, sueños y hambre feroz de nuestros cuerpos fueron aniquilados por el miedo y el ego que consiguió cubrirte con su manto penetrando en ti. En tu oscuridad forjaste un arma que luego me clavaste, desapareciendo nuestro mundo con esta herida producida. Mi anhelo de volver a verte quedó desvanecido por unas injustas y absurdas palabras, a la vez que letales. Todos tememos al futuro de lo incierto que es, pero no por eso se nos tiene que prohibir ser felices, olvidando el presente que es el momento de la vida. 
 ¿Cuál es el sentido del ser humano? Nosotros lo construimos, somos un proyecto, le damos su aparición y en nosotros nacía algo maravilloso que nunca debió de tener una muerte tan rápida… quién sabe. Jamás vi que nuestra relación viniese con una fecha de caducidad, como tú bien dijiste, pues yo creo en la voluntad de poder, en que nuestros sentimientos eran fieles y podíamos lograr todo lo que nos propusiéramos. Aquello que más temías vino de ti, y sólo a ti te toca enfrentarte en tu propia batalla. Debes de saber que mientras haya ego nunca habrá amor en el mundo. 
 ¿Quién soy yo? Un corazón de león que ha librado muchas batallas personales, de la que quedó con numerosas cicatrices, pero que continuó abriéndose paso. Y tú aún seguías siendo el rey en su trono sin salir de su castillo encantado y atormentado por tus propios fantasmas. Ahora en la distancia, sólo tenemos nuestro recuerdo efímero y fugaz, pero a la vez intenso en el universo que compartimos, la visión de los días de felicidad juntos que nunca fueron y el tiempo. Poco más puede hacer este corazón de león por su rey, pues sabe que si de verdad existe el amor entre ambos él emprenderá algún día un viaje hasta ella, y luchará con todas sus armas. Pero mientras, aún con esta herida y nostalgia, no puedo evitar echarte un poco de menos cuando tengo una simple galleta de oreo en mi mano, clavándose en mi corazón espinas de cactus. 

miércoles, 18 de marzo de 2015

El pendiente de Nesjar

El objeto envuelto llegó a sus manos en una mañana gris. Kaira fue hasta el lugar desde donde partió el barco llevándose a su amado. Su canto de sirena no pudo retenerlo, navegando por un mar de sangre de Noruega. Sólo llegó a ella aquél obsequio, un pendiente de oro recuerdo de su travesía en la batalla de Nesjar, que lució con lágrimas: tan sólo uno... El otro se había perdido, como tantas almas.

domingo, 15 de marzo de 2015

Sueños de sirena

Ya está tejiendo su red de pescar, pretende atraparla junto a él, oler el salado aroma del mar salvaje. Transcender en el pensamiento de la inmensidad de aquellas aguas agitadas donde ella aparecía con su belleza en la pintura del cuadro, incitándole a su mundo. Se echa al hombro la red de pescar y se dirige a la orilla, esperando su canto de sirena, soñando con poder atraparla.   

miércoles, 11 de febrero de 2015

Nadie escucha

Ya nadie escucha las historias que nos cuenta el silencio
o aquéllas que son traídas por el viento.
Sordos nos tuvimos que quedar del ruido 
y la venta de nuestro oído.
Nadie aprecia ya la vida en un cine mudo,
el olvido de una mirada que siente.
Recuerda viajero que el amor 
puede ser tan corto como una vela al viento.

domingo, 8 de febrero de 2015

Mujer elefante

"Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, 
se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Estaba tumbado sobre su espalda dura, 
y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza veía un vientre abombado, parduzco, 
dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, 
a punto ya de resbalar al suelo. Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación 
con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos.
«¿Qué me ha ocurrido?», pensó."

Franz Kafka, La metamorfosis

Un terrible accidente ocurrió en la calle de una ciudad insignificante en el mes de marzo. Todo sucedió tan deprisa que ni siquiera la víctima fue consciente de su infausta suerte. Tan sólo estaba allí, en el lugar menos indicado ese día, mirando cada instante el reloj permaneciendo inmóvil. Cuando decidió dar un paso más, estaba esperando en el semáforo en rojo, volvió a ver por última vez la hora y de repente su visión se volvió totalmente oscura.
  Al abrir los ojos le molestó las luces brillantes de unas lámparas de quirófanos. Notó que la cabeza le dolía y se notaba extraña, preocupándole cuánto tiempo había estado inconsciente desde lo sucedido. Había varios médicos a su alrededor murmurando entre ellos, pareciendo inquietantes figuras alargadas de hielo desde su visión tumbada en contrapicado. Por fin uno decidió hablarle en su confusión.
  -¡Bienvenida al mundo! Intente no esforzarse aún en levantarse, por favor. Ha sido sometida a una complicada y larga operación –el médico le costaba cada vez más procesar sus palabras, y añadió–: tuvo un desafortunado accidente contra un coche que se desvió por la acera perdiendo usted la cabeza. Hemos tenido suerte que la única que teníamos le ha salvado la vida.
  Ella se tocó con las manos la cabeza sintiendo la piel gruesa, las orejas enormes y la dentadura diferente. Justo cuando más empezó a examinarse y a tener una idea de lo que era, otro médico dijo:
  -¡Tiene una trompa preciosa! 
  La recuperación fue un completo éxito para ellos, tan rápida que al cabo de unas horas le dieron el alta y se encontraba en la calle de nuevo. Sin embargo, la cabeza que tenía ahora, pesaba tanto que le era imposible caminar. Ni tres pasos pudo hacer arrastrándola por el suelo, y se abatió rendida pensando cosas que nunca antes se hubiese parado a pensar.
  La gente que pasaba, algunos mirándola sorprendidos, otros con indiferencia, le parecía curioso el ritmo tan frenético con el que iban a todos sitios, incluyendo ella antes. La comodidad en la que había evolucionado la tecnología formaba parte del ser humano ya en edades tempranas, moldeándose a ella en una total dependencia. Cierto que se había facilitado la comunicación y el acceso al conocimiento, pero a la vez, no había una completa asimilación de los contenidos al ser todo tan abundante y disparatado. Ya los libros se encontraban en pequeñas tiendas, con al menos un determinado tipo de personas que aún piensa en su utilidad al ser el tiempo empleado el mismo que antiguamente. Se dio cuenta que la prisa por vivir, garantizándole abarcar todo lo que quería, no le había servido pues nada sabía plenamente.
  Luego pensó en su novio recordando que fue el motivo de su espera, la razón por la que había estado allí el día de su accidente. Se estaba retrasando demasiado, tanto que dudaba que acudiese pero sabía que llegaría en cualquier momento con su sonrisa risueña. No, no tenía ningún problema con él. Era ella la que en realidad le pasaba algo, él era perfecto… pero no perfecto para ella. El vacío que sentía en su compañía era cada día mayor y la mentira de convencerse que todo iría bien aún más. Ya el amor no había sido el mismo de intenso desde el que sintió por primera vez con la edad de la inocencia. Recordó con nostalgia aquél primer amor en verano, sus tiernas caricias y los largos paseos por el mar. Su marcha le dejó una herida con la que tuvo que desvanecer su recuerdo en lo más profundo de ella para que cicatrizase y seguir con su vida. Todas las elecciones que había tomado, ¿cómo saber la correcta? La existencia del ser humano está arrojada al mundo sin que sepamos nada, sin que haya una respuesta segura a las innumerables preguntas que se formula. Quiso gritar, pero sólo podía barritar. Ahora, si volviese a ver a su novio jamás podría decirle que no lo amaba, que su historia terminó con él hace tiempo por sus sentimientos. Cómo odiaba y le gustaba esa palabra, tiempo, pues nadie estaba a salvo de permanecer siendo el mismo por los cambios que produce, aunque la mayoría de las cosas las había aceptado gracias a su carácter flexible, incluso empezaba acostumbrarse a su nueva forma.
  Estaba atardeciendo, doliéndole ya el cuerpo de estar en la misma posición. Vio a un joven con una carretilla de carga que le hizo señales con las manos para que la ayudase. Amablemente, se ofreció, sin parar su dispositivo de música, y la llevó hasta una tienda de comestibles donde paraba su viaje. Una vez allí, levantó su enorme trompa y señaló algo en concreto: quería cacahuetes.   

domingo, 1 de febrero de 2015

Recuerdos de un café vienés

"Jean-Marc miraba a Chantal, cuyo rostro, de pronto, se iluminó con una secreta alegría. 
No tenía ganas de preguntarle cuál era el motivo, contento con sabotear el placer de mirarla. 
Mientras ella se perdía en imágenes cómicas, él se decía que Chantal 
era su único vínculo sentimental con el mundo."

Milan Kundera, La identidad


Thomas estaba esperando en una cafetería de Viena, entreteniéndose en escuchar la conversación de dos viejos sobre la corrupción de la política, los desastres de la segunda guerra mundial y la falta de iniciativa de los jóvenes –pobres almas perdidas sin un futuro que visualizar. Antes de que volviesen a establecer otro tema, Christine entró en la cafetería y le saludó con una sonrisa mientras se dirigía hacia él para tomar asiento. Habían pasado años desde que no la veía, pero seguía conservándose igual de bella con los rasgos de su cara más maduros. Llevaba puesto un sombrero negro con el pelo más corto hasta los hombros, y un vestido beige que le favorecía la figura. En la mano llevaba unos libros que dejó a un lado en la mesa mientras se acomodaba sin parar de mirarle con una complicidad que él extrañaba.  
 -Parece que los años no pasan para ti –dijo Christine. 
 -No puedo decir lo mismo de ti: te has convertido en una escritora de prestigio –Thomas se sentía orgulloso de ella, dándose cuenta de su gran cambio, era otra mujer la que tenía ante sus ojos–. Tu evolución como persona y las experiencias que relatas en tu libro delatan el paso del tiempo, recuerdos construidos con los que me identifico. Por eso te he llamado en mi paso por Viena. ¿Quieres que te pida algo? –ella negó con la cabeza. 
 -Tantas palabras acalladas no podían esperar más ser plasmadas en el papel, darles voz propia.
 -En cada línea confiesas tus emociones más profundas, algo que siempre fue demasiado complejo para mí.
 -El lenguaje es demasiado simple para poder expresarlas y al mismo tiempo es necesario para liberarse de sus ataduras y comunicarnos mostrando un camino que transcienda. 
 -La búsqueda incesante de las palabras exactas… –por un momento pensó si debía proseguir hablando, y armándose de valor, decidió continuar tras su pausa–. Esa es la jaula que me impedía salir. Por eso quería verte. Quiero confesar el miedo que no ha dejado de acecharme al intentar amar. Ha pasado mucho tiempo, pero después de leer tu libro, no ha pasado un solo día sin que tus fantasmas me atormenten. Sé que siempre te he parecido un ser ajeno a la realidad, pero nada más lejos de mi verdad.
 -Sólo recuerdo tu ausencia de humanidad a mi lado. Tú, que tanto criticabas la mecanización de las personas, a mi lado te convertías en alguien robotizado. Me mostraste la evidencia de esta sociedad ridícula, decadente y sin sentido.
 -Sí: actué como una de sus víctimas. Pero tú me recordabas al pasado. No quería hacer daño. No podía adaptarme a un nuevo amor. No creía en nada y decidí convertir el amor en sensaciones superficiales para que se las pudiera llevar algún soplo de aire. Lo que nunca imaginé es que por tu cabeza erraran a la vez las mismas divagaciones. Con tu risa de todos los días y el interés que mostrabas por compartir y crear junto a mí, me era imposible ver tu miedo. Quiero saber con qué sombra lo ocultabas.
 -No lo ocultaba… Mi amor por ti lo camuflaba –Christine le habló con una voz frágil, sin poder aguantarle en ocasiones la mirada en su respuesta–. Para poder amar hay que librarse del pasado, amar sin condiciones ni hipocresía. Construir un amor libre de telones mal levantados, libre de palabras malgastadas, libre de disfraces, libre de oídos que no escuchan, de ojos eclipsados, de corazón infravalorado… ¡Libre! –exclamó como si en esa palabra fuese un dolor encerrado en lo más profundo de su corazón.
 -El telón lo levanté queriéndolo bajar al instante. Mis palabras estaban contaminadas por mi escepticismo. Mis oídos no querían escuchar, mis ojos no querían ver. Y mi disfraz… me lo quitabas tú, poco a poco. Sin apenas darme cuenta hasta que quedo ahora sin él, desnudo frente a ti… Contemplando lo que nunca supe. Hablándote con una voz que creo reconocer, temeroso de volverme a deslumbrar con tu sonrisa, de volver a tocarte… ¡De ser libre! 
 Thomas sintió cómo le gustaría acariciarla, pero conociéndola, o al menos eso creía, ella se apartaría enseguida con cualquier muestra de afecto. Se dio cuenta que había hablado de más. Tenía que ser fuerte, por eso ocultó aquellos sentimientos mientras ella llenaba el vacío que se había creado pidiéndole al camarero un café vienés, su preferido desde que la conoció.
 -Por cierto, tanto hablar de mí, del pasado que no pudo ser, ¿pero qué es de tu vida? El anillo de tu dedo te delata.
 -Me casé hace tres años, tenemos un hijo que se llama Michael, es increíble lo feliz que nos hace a mi mujer y a mí. En la empresa que fundé todo marcha a la perfección y se podría decir que estoy en un punto de conformismo bien elegido y complacido. Y poco más… Tú lo hubieses odiado, ¿no?
 Christine no respondió, absorbida bebiéndose su café vienés, perdida en su mundo y lejos de él. De repente sintió recorrerle el frío por su cuerpo, desapareciendo en un vendaval de nieve y quedando congelado. La odió por un momento por haberle dado ese papel tan ridículo en su encuentro, pero después todo cambió cuando se fijó más veces en su sombrero negro, recordándole su antigua relación amorosa, los juegos que tenían en un fetichismo que les encantaba compartiendo una misma visión y excitación: crearon con el sombrero una unión íntima en la inmensidad del mundo que les acechaba continuamente. Se preguntó si se lo habría puesto para evocar aquél tiempo olvidado o simplemente como accesorio, pero cual fuese la respuesta todo seguiría igual, su magia estaba perdida en el presente de su situación.
 -¿Quieres que te lea algo de mis últimos escritos? –preguntó ella. 
 -Será un placer.
 -Envueltos quedamos todos en el velo de la noche, de un color tan oscuro como el ser. Vestidos para ser héroes en mitos sin sentido. Las copas de vino vacías agitan más las pulsiones. Poco a poco se deconstruye el mundo. Caen las torres de marfil, caen los adultos. El niño volverá a ser el pequeño Dios en un nuevo juego.
 -¡Magnífico! Me gusta lo profunda que eres escribiendo, tiene muchas interpretaciones para el lector. Nunca dejes de crear, Christine.
 -Se está haciendo tarde para tomar unas fotografías que quiero hacer al atardecer en un sitio.
 -¿También sigues aún haciendo fotografías? 
 -A cada instante de mi vida: la memoria no guarda películas, guarda fotografías –citó recogiendo sus cosas y levantándose. 
 Le hubiese gustado que se quedase más tiempo, pero comprendía que alargar más de lo debido el encuentro no tenía sentido, bastándole con haber compartido con ella ese día que guardaría para él… ¿Mostraría ella lo mismo? Igual que la antigua unión con el sombrero, deseaba que la cafetería de Viena fuese la unión de aquél encuentro. 
 Cuando se despidieron, él permaneció sentado un rato más sumergido en sus pensamientos, cuando oyó, sorprendido, la voz de Christine llamándole y, girándose, ella le tomó una fotografía. 
 -Para tenerte en mis recuerdos.      

jueves, 1 de enero de 2015

Un café con sal

"Ésta es mi oración: Toma este anillo, que es un signo del enlace entre ella y yo, y cuando llegues a tierra, preséntate como un comerciante de seda y telas, de modo que ella pueda ver el anillo. 
Entonces sabrá que mi corazón la saluda y que sólo ella puede darle consuelo, y que si nada hace moriría. 
Recuérdale nuestro pasado y nuestra tristeza y toda la alegría que había en nuestro amor fiel y tierno. 
Ojalá los corazones hallen fuerza contra la inconstancia, pese al dolor y toda la amargura de amar."

Joseph Bédier, La historia de Tristán e Isolda

 -Ya va quedando menos, ¿lo sabes, no?
 Antoine paró de mover su café con la cucharilla mirando fijamente los ojos brillantes de Monelle, tan oscuros y profundos como su ser. Presentía que era un momento decisivo en sus vidas, pero ella seguía estando incluso más hermosa bajo esa aura de fragilidad. 
 -Pensé que esta vez te quedarías… 
 -Es difícil poder explicarlo, esto que me invade por dentro y escapa a cualquier palabra para definirlo. Lo tuve la primera vez que nos conocimos, presagiándome de los hechos que ocurrirían en nuestra historia, como aquella música romántica en el teatro que sabía que sonaría mientras te veía. Ahora apenas hay tiempo, quizás unos cuantos minutos hasta que te termines ese café y salgamos de aquí.
 -Entonces no me lo terminaré nunca –respondió con atrevimiento.   
 -¡Cómo te gustan los retos! –esbozó una delicada sonrisa dejando una pausa–. Nada es eterno… Yo nunca me quedo, no puedo. Siempre he sido hija del viento, sin haber conocido en mi vida un lugar estable que hiciese quedarme, estoy adaptada a ser así. Si decidiese permanecer a tu lado tú acabarías abandonándome, y mi corazón no podría resistirlo, porque nunca conoció tal pérdida…
 -He de confesar que me volvían desconcertantes tus reacciones indiferentes cuando te hablaba o escribía de hacer planes juntos, precisamente a mí que el trabajo y tiempo lo tengo controlado… Parecía que no te importase.
 -¡Al contrario! Yo puse mi confianza en ti, me importabas mucho, aún cuando lo intentaba ocultar mintiéndote sin ser consciente… Pero me di cuenta que tus palabras eran vacías sin tus actos y el control que ya te gustaba tener incluso en las personas, como el tenerme a mí, sin dejar que nada se desvelase nuevo en el mundo con tu ritmo marcado. Este sitio ya está cambiando para mí: el café antes lo recordaba con mejor sabor suspiró ella. 
 -Bueno, espero que tú logres algún día tener trabajo y me cuentes si tienes esa libertad para tomarte las cosas sin el estrés y cansancio que supone ocuparse de un oficio –su voz contenía dureza y resentimiento, acercándose la taza para beber. 
 -Ojalá pudiese volver atrás en el tiempo para revivir la etapa de juventud donde el amor era inocente, puro sin ningún tipo de daño en la experiencia que nos condicionase tanto ya los que vivimos. Pocas personas conocí entregadas de corazón, pocos valientes quedan dispuestos a mostrarse auténticos sin protegerse bajo las apariencias... o sin que estén pensando en alguna antigua pareja que derrumbe a la persona ilusionada con la que están –Antoine se mantuvo por unos instantes tenso, dejando la taza para que no se le notase su malestar–. No me importa si puedas tener en tu mente el anhelo del regreso de una mujer de tu pasado, acepto la realidad como es y el peso de la levedad del ser por el que somos marcados. Pero he de reconocer que serías un completo egoísta… No sé, el mundo parece más triste así, desilusionándote las relaciones humanas cada día más. Cortázar tiene una frase que me encanta, y voy reflejándome más con ella, que dice: cada vez iré sintiendo menos y recordando más, pero qué es el recuerdo sino el idioma de los sentimientos.
 Monelle sonrió sinceramente como vería por última vez Antoine en su vida, grabándose su imagen en aquella cafetería una mañana gris de domingo. Preguntó si había terminado, y respondiendo que sí se apresuró ella en ir a la barra a pagar la cuenta de los dos, quedándose solo en la mesa mientras reflexionaba cómo sus palabras le habían penetrado. Una lágrima resbaló cayéndose en la taza de café, mezclándose con los restos de gotas. Acto seguido, se secó los ojos para aparentar normalidad mientras veía a Monelle aproximándose, donde una vez que llegase se levantaría, se podrían los abrigos, saldrían de la cafetería y se despedirían como amigos, que serían conocidos, tomando luego el camino hacia su trabajo comprobando la hora exacta de su reloj.