jueves, 30 de julio de 2015

Querido Jean-Luc

Necesito decirte que el suelo que piso empieza a temblar; a destruirse el mundo que tú y yo conocimos. Mis ojos han ampliado su visión más allá de lo que pudiera imaginar. El alimento que me mantenía ya no me nutre, retorcida en esta hambre voraz que me llama. 
 Podría seguir esperándote hasta tu regreso de Montmartre para contártelo con mi propia voz, marchita como una rosa en un jarrón de cristal, pero mis pulsiones me lo impiden. 
 Mirando una vez más, mientras escribo, el gran cuadro que heredé de mi abuela, con el mar y las personas que bailan alrededor del fuego, quiero ser yo otra loca más retratada; que viva con la llama intensa y todos los colores. Quiero viajar sola a conocer el mar… Completamente sola; pues, si me acompañaras, mis ojos no podrían verte. 
 Ayer tuve un sueño: me servía de los bosques para construir un barco para naufragar en la inmensidad del mar. Y las olas me llevaron hacia la orilla de mi destino, comenzando mi camino en aquellas tierras llenas de deseo. Un sueño dentro de un sueño.
 Es la hora de partir, querido. Ojalá tú también te encuentres.

martes, 28 de julio de 2015

Polvo de estrellas

Sopló después de la última pincelada de tinta negra en su piel, mirando su cuerpo desnudo al alba con el escrito: “Le arranca la piel y salen estrellas, imposibles de atrapar, perdida en su contemplación fugaz.” Cuando abrió los ojos se volvió a encontrar excitado por ella, recorriendo los lunares de su suave piel como pequeñas estrellas en el universo. Eran polvo de estrellas.

martes, 21 de julio de 2015

El sombrero

El reloj marcaba las once de la noche cuando él llegó: llevaba su traje de chaqueta y sombrero negro.
 La dura realidad se desvanecía con su reencuentro de pasión, al ponerse ella su sombrero y crear su propia ensoñación.
 En cada visita al sombrío y frío apartamento, sentía junto a su cuerpo el descenso a los infiernos: las llamas abrasaban su corazón. Luego ascendía al cielo con sus brazos bañada de una cálida luz.
 Un amanecer, vio que se había olvidado el sombrero. Se lo puso y, por primera se vez, se vio como él: poderosa y abierta al mundo.
 El reloj marcó las once de la noche sin que él apareciera, pero a ella ya le bastaban sus fantasías.

miércoles, 15 de julio de 2015

Descifrar

 -¿Acaso no ves algo más?
 -¿Cómo qué?
 Ambos contemplaron en silencio el gran cuadro que tenían delante. Él no sabía qué más decirle, hasta que las pinturas parecieron mostrar otras vías, otras formas, y su mente divagó por cada una de ellas. Si antes había dado por hecho ver sólo una figura, la única femenina que aparecía, ahora se tornaba difusa y le transmitía nuevas sensaciones. 
 -¿Puedes verlo ahora? –dijo ella sin apartar sus oscuros y profundos ojos–. Esta pintura contiene a simple vista lo que representa, pero si la observas con más atención, y abres tu campo de visión, puedes transcender lo evidente y sentir las cosas que oculta. En la vida pasa lo mismo... Muchos debemos ver más allá de las apariencias, de los límites; igual que sentirnos como niños en un juego de descifrar.

domingo, 12 de julio de 2015

Entre pensamientos

Volveremos a ver nuestro rostro en el espejo para saber qué hicimos mal. Borraremos la imagen que tanto tiempo se mantuvo en nuestra vida. Quitando cada espina clavadas al corazón, entraremos en razón. Danzaremos a los primeros rayos del sol, guiados por la armonía del viento. Soñaremos de nuevo con más castillos que construir. Y por último, reflexionaremos sobre la piedra fría.  

martes, 7 de julio de 2015

La jaula

En una poesía pagana enreda sus pensamientos cual fragmentos unidos con el hilo de sus lágrimas. A la oscuridad busca como compañera para contarle sus tristezas, compuestas por cada corazón roto. Allí visualiza una luz que por momentos logra reconfortarla, tan pura y sagrada.
 Esta vez prepara una gran jaula de ramas y espinas para atraparla, para que guíe sus sueños en las noches donde los monstruos perforan su cabeza. Sola, aferrándose a su jaula, esperando.