Alza tu mirada y ve al reptil
que despertó de su cama,
que sacó la fuerza de un león;
quien dejó de mover la cola por ti.
Cada movimiento más perfecto
y tan escurridizo que no podrás verme
hasta que mi lengua te saque.
Entre colores me pierdo pero
me encuentro siguiendo el camino.
¡Aquí estoy!
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