lunes, 2 de enero de 2012

El preso y la golondrina

Golondrina, no te poses
en la reja de este preso,
que te contagio mis penas,
mi soledad, mi amargura.
Tú no sabes nada de eso.

Tú sólo sabes volar,
con tu armonioso trinar
quieres darme la alegría,
endulzar mis tristes días,
hacerme la vida más alegre
para que no sufra más.

Eres el ave más buena
que jamás he conocido,
pues naciste para amar,
para llevar tu mensaje
y consuelo al desvalido,
para aliviar el dolor
que yo siento aquí metido.

Con gratitud yo te pago,
lo que tú haces conmigo,
pero ya, no te detengas,
vuela otra vez a tu hogar,
vuelve otra vez a tu nido
y busca la libertad
que es lo que yo ya he perdido.

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