viernes, 20 de marzo de 2015

De lirios

Lirios, pensad
que se halla de viaje
el que os mira.
~ Îo Sôgui ~

Mi preludio de la primavera no podía iniciarse o continuar con él, lamentando una historia que nunca pudo llegar a ser. Los recuerdos permanecen en el corazón, en las horas de silencio, en el café de las mañanas con una taza que me consuela con sonrisas. No merecíamos acabar así; más cuando los dos sentíamos la magia de estar juntos, como dos almas unidas por el hilo rojo del destino. El viento que siempre me guiaba de un sitio para otro me atrajo hacia ti y se paró contigo. Tantos planes, sueños y hambre feroz de nuestros cuerpos fueron aniquilados por el miedo y el ego que consiguió cubrirte con su manto penetrando en ti. En tu oscuridad forjaste un arma que luego me clavaste, desapareciendo nuestro mundo con esta herida producida. Mi anhelo de volver a verte quedó desvanecido por unas injustas y absurdas palabras, a la vez que letales. Todos tememos al futuro de lo incierto que es, pero no por eso se nos tiene que prohibir ser felices, olvidando el presente que es el momento de la vida. 
 ¿Cuál es el sentido del ser humano? Nosotros lo construimos, somos un proyecto, le damos su aparición y en nosotros nacía algo maravilloso que nunca debió de tener una muerte tan rápida… quién sabe. Jamás vi que nuestra relación viniese con una fecha de caducidad, como tú bien dijiste, pues yo creo en la voluntad de poder, en que nuestros sentimientos eran fieles y podíamos lograr todo lo que nos propusiéramos. Aquello que más temías vino de ti, y sólo a ti te toca enfrentarte en tu propia batalla. Debes de saber que mientras haya ego nunca habrá amor en el mundo. 
 ¿Quién soy yo? Un corazón de león que ha librado muchas batallas personales, de la que quedó con numerosas cicatrices, pero que continuó abriéndose paso. Y tú aún seguías siendo el rey en su trono sin salir de su castillo encantado y atormentado por tus propios fantasmas. Ahora en la distancia, sólo tenemos nuestro recuerdo efímero y fugaz, pero a la vez intenso en el universo que compartimos, la visión de los días de felicidad juntos que nunca fueron y el tiempo. Poco más puede hacer este corazón de león por su rey, pues sabe que si de verdad existe el amor entre ambos él emprenderá algún día un viaje hasta ella, y luchará con todas sus armas. Pero mientras, aún con esta herida y nostalgia, no puedo evitar echarte un poco de menos cuando tengo una simple galleta de oreo en mi mano, clavándose en mi corazón espinas de cactus. 

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