martes, 13 de diciembre de 2011

Tu querida Ofeliaca (Primera parte)

Mi querido y desafortunado lector, le advierto que las siguientes páginas que le dejo a su disposición, son terriblemente impactantes sobre la historia de Ofeliaca. El suceso nunca habría ocurrido si las personas fueran sinceras con sus sentimientos mutuos y el corazón resistiese a todo tipo de daño. Pero las cosas no son así de fáciles en la vida, y bien lo sabrá, cuando conozca a los personajes que relataré en esta tragedia. Le aconsejo que si aún duda, está a tiempo de dejar de leer esta oscura historia y ponerse hacer otra cosa más de su agrado. Así pues, comenzaré a contar mi relato de Ofeliaca.
   Era una niña de trece años con una mentalidad bastante madura que los otros niños de su colegio. Por ese motivo, nunca se relacionaba con nadie salvo con los adultos, con los que conversaba sobre los temas más profundos que le fascinaban: el universo, la literatura y la música. Su apariencia era destacable donde la viesen: estatura mediana, una melena oscura con dos coletas, maquillaje con estilo gótico, grandes ojos azules, un rostro perfecto de muñeca de porcelana y vestidos que frecuentaba extravagantes de época. A Ofeliaca no le importaba las burlas de sus compañeros por ir rara, con el tiempo había aprendido a centrarse en lo importante y estar con su familia. Una afición que tenía, era cubrirse con una manta cada noche y escribir en su diario su cuento de amor con el príncipe de su sueños. Ella nunca había estado enamorada pero deseaba con todas sus fuerzas que llegase el gran día en que lo conociera. Le imaginaba y escribía sobre ellos sin cesar; no habría duda que Ofeliaca era feliz y ojalá la vida para ella hubiese sido como lo planeaba… hasta que llegó aquél seis de agosto.
   Cómo nuestra vida entera puede cambiar de la noche a la mañana por una simple casualidad, y eso mismo es lo que le pasó a la soñadora Ofeliaca cuando le conoció. Era verano, el sol apretaba más que otros días en el parque donde paseaba habitualmente para escribir. Entonces, alguien la fotografió en su intimidad, molestándose, y justo cuando iba a decir algo, se quedó petrificada al contemplar al joven bohemio que la sonreía. Enseguida, ambos conectaron con los mismos temas del arte y la música creando un sentimiento especial. Pasaron la tarde juntos y cuando cayó la noche se intercambiaron los números de teléfono para volver a verse. Estuvo toda la noche en vela, observando la brillante luna llena, sin creer aún en su suerte.
   El primer beso puede ser maravilloso, penoso, sencillo, pringoso o de película de Hollywood, pero el beso de Ofeliaca iba más allá a un mundo de ensueño: le entregó su corazón completo. ¿Pero qué puede saber una niña inocente de los peligros de la vida? Su relación amorosa con aquél joven, mayor que ella, comenzó como cualquier otra con el frenesí. Todos recordamos lo bonito que es el amor al principio, las ideas que tenemos y el altar al amado, pero difícil es que haya siempre la misma correspondencia. Eso fue lo que le pasó a la dichosa  Ofeliaca.        
   Ciega de su amor, llegó a notar a finales de verano que el joven estaba cada vez más distante. Preocupada intentó saber lo que le pasaba, por qué ya no le respondía a sus cartas de amor. Él dijo que tenía que regresar, dentro de dos días, a estudiar a su provincia cortando la relación. Ofeliaca nunca le había dado importancia al tema, pensando que su amor aguantaría la relación a distancia, pero no vio rastro alguno de interés en su amado. Dolida, le preguntó cuánto tiempo le quedaban juntos, y él le contestó otro día más. Un día era tan poco pero suficiente para hacerle cambiar de idea, y sin poder dormir la noche anterior, el ansia le invadió el cuerpo torturándola y sin parar de pensar qué podía hacer.
   La última tarde juntos en su piso, viendo más próximo el final y llena de miedo, Ofeliaca se ofreció en mantener relaciones sexuales bastante desesperada. Sabía que no estaba preparada pero no tenía remedio: quería tenerle a su lado para siempre. Sin negarse, empezaron a desnudarse hasta acabar en la cama. Todo salía como era lo planeado, pero ella le notaba algo y, muy tenso, le dijo seriamente sin mirarla:
   -No puedo... He intentado ser fuerte pero no puedo más. Lo siento, aún eres una niña dulce e inocente. Es mejor que paremos esta locura, sólo te hará más daño y te mereces otra persona mejor que yo. Perdóname…
   Roto. El corazón de Ofeliaca se había roto en mil pedazos. Un océano de lágrimas la ahogó en su dolor, arrepintiéndose de no haber escogido una despedida mejor. Nada podía hacerse ya, salvo despedirse y verle marchar con su maleta para siempre, dejándole preocupado por su estado. Con pocas fuerzas, aún cubierta de lágrimas y desamor, caminó hasta su casa  y se tendió destrozada en su cama hasta que el sueño se apoderó de ella.
   Ofeliaca abrió los ojos mirando a su alrededor. Nada tenía sentido ahora que no estaba él. Llena de ira, rompió las hojas de su diario, las cartas, las fotos… todo. Por último, su reflejo en el espejo lo odió por no ser una mujer de verdad, rompiéndolo con sus manos clavándose los cristales, sin sentir un dolor mayor que el que habitaba su ser. Consumida y sin esperanza a lo que había soñado toda su vida, sabiendo que jamás volvería a enamorarse, escribió cuando estuvo más tranquila dos cartas: la primera dirigida a su familia y la segunda la guardó en un escondite de su armario. Una vez terminó de firmar, se soltó el pelo, se lo cepilló cantando una relajante canción de su abuela y salió por la puerta de casa.
   Al día siguiente Ofeliaca fue encontrada muerta en el lago del parque. Unos estudiantes hallaron el cuerpo y llamaron a la policía que informó a la familia de la desgracia. Su único alivio era la carta que les había dejado con gran amor de su dura decisión.
   Ahora, querido lector, que conoce el pasado que llevó a la infeliz Ofeliaca a la muerte, la historia empezará a mostrarse más oscura y cruel cuando sepa el extraño hecho que aconteció un año después, claro está a su libre elección…          

3 comentarios:

  1. Este recurso escrito es influido por mis lecturas de Lemony Snicket (autor de "Una serie de catastróficas desdichas").

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  2. Yo si espero saber que ocurrió podíais continuar por favor??

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  3. La segunda parte está también escrita en este mes. De todas formas te dejo el enlace :)

    http://lasombrademipluma.blogspot.com.es/2011/12/tu-querida-ofeliaca-segunda-parte.html

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