Cuanto más estoy aquí, más sola me siento. Estoy gritando
por dentro pero nadie acude. Una víctima más del cambio. Siento cómo el calor va
desapareciendo llegando el frío, retomándome. Estoy a punto de perderlo todo
para comenzar de nuevo. Al igual que los pájaros emigran por el clima, debo de
volar hasta alcanzar un sitio que me refugie. Saber estar cuando lo requiere el
tiempo y saber partir antes que el final sea atroz. Miro una vez más a mi alrededor, dándome cuenta que estamos completamente solos en nuestra lucha. El aire es cada vez más
pesado, tanto, que no puedo aguantar más la carga que sostengo. Corro sin
rumbo, librándome de él, hasta llegar a la solitaria playa de mi provincia.
Allí, observo el mar tranquilo y la calidez de los rayos de sol. Todo parece
estar bien… ¿Pero hasta cuándo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario