miércoles, 25 de noviembre de 2015

El pájaro carmesí

Cuando regresó a su antiguo hogar a recoger las últimas pertenencias, vio que aquella jaula de su memoria seguía colgando en el balcón de al lado. El canto del pájaro carmesí aún resonaba en sus adentros produciéndole en la piel el renacer del fuego que vivió en ese infierno. Cada paliza, lágrima y grito era la asociación de su canto. La violencia es el último aguante para replantearse la vida. Así que aprendió a ser fuerte y abrir la puerta de su cautiverio, pues los seres alados no sirven para vivir en prisión.

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