Huyendo de sus perseguidores, Jin cruza con Mei el bosque, siendo ésta sospechosa
de formar parte de un grupo rebelde y tener él la misión, como capitán de
policÃa, de descubrirlo ocultando su identidad. Apenas se conocÃan, pero su
atracción era inevitable. Observándole varias veces, Mei le pregunta:
-¿Cómo os
llamáis?
-Me llamo
Viento –responde él.
-¿Viento?
-No soy
oficial ni plebeyo, ni de facción alguna, voy y vengo sin dejar rastro.
-¿Como el
viento caprichoso? –dice ella sonriendo.
-¡No! Como el viento libre que vaga por doquier.
-Ya veo que os gusta bromear.
Después de
un largo dÃa, cansados por la lucha que tuvieron que enfrentarse, reposan en el
silencio de la noche junto a una hoguera.
Los sentimientos de Mei por él son profundos de amor pero teme no ser
correspondida. Asà que decide tomar una decisión:
-Quiero
preguntaros algo –le dice costándole sus palabras.
-¿De qué se
trata? –Jin muestra un carácter serio.
-¿Sois
sincero o fingÃs?
-¿Qué
quieres decir?
-Lo que
sentis por mÃ, ¿es de verdad?
-No te tomes
todo tan en serio –le responde de un modo despreocupado.
-¡Quiero saberlo!
–exigió ella, doliéndole el corazón.
-Un hombre
de espÃritu libre es como el viento, sigue adelante, no se detiene a pensar.
-Quiero que
os detengáis a pensar.
-El viento
no lo harÃa.
-¿Y por mÃ
tampoco?
-Cuando el
viento sopla no deja huella, sólo es viento. ¿Puedes entender ahora por qué me
hago llamar Viento?
Durante unos
largos segundos ella se queda callada, dolida por su respuesta, pues, el que
se hace llamar Viento habÃa marcado su corazón con su huella, imborrable para siempre.
-Ya –responde
ella en un suspiro de aflicción–. Seguid con vuestro viento… ¡Y
dejadme tranquila! –con el desconsuelo en su corazón se marcha.
Estando
separados, cada uno habiendo tomado su destino, Mei sufre una emboscada de los soldados
del general. Luchando a muerte, en un bosque de bambús, Jin aparece en su
rescate para su sorpresa. Superándoles el enemigo, lanzan un ataque que los
deja inmovilizados, pero cerca el uno del otro.
-¿No decÃais
que el viento jamás se detiene? –le pregunta en un suspiro ella.
-El viento
libre que vaga por doquier se detiene si quiere –responde con palabras
sinceras.
-No debisteis
volver.
-He vuelto…
por una persona.
Fragmentos escritos de una de mis pelis favoritas :)
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