-¿Acaso no ves algo más?
-¿Cómo qué?
Ambos contemplaron en silencio el gran cuadro que tenían delante. Él no sabía qué más decirle, hasta que las pinturas parecieron mostrar otras vías, otras formas, y su mente divagó por cada una de ellas. Si antes había dado por hecho ver sólo una figura, la única femenina que aparecía, ahora se tornaba difusa y le transmitía nuevas sensaciones.
-¿Puedes verlo ahora? –dijo ella sin apartar sus oscuros y profundos ojos–. Esta pintura contiene a simple vista lo que representa, pero si la observas con más atención, y abres tu campo de visión, puedes transcender lo evidente y sentir las cosas que oculta. En la vida pasa lo mismo... Muchos debemos ver más allá de las apariencias, de los límites; igual que sentirnos como niños en un juego de descifrar.
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