En una poesía pagana enreda sus pensamientos cual fragmentos unidos con el hilo de sus lágrimas. A la oscuridad busca como compañera para contarle sus tristezas, compuestas por cada corazón roto. Allí visualiza una luz que por momentos logra reconfortarla, tan pura y sagrada.
Esta vez prepara una gran jaula de ramas y espinas para atraparla, para que guíe sus sueños en las noches donde los monstruos perforan su cabeza. Sola, aferrándose a su jaula, esperando.
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