martes, 21 de julio de 2015

El sombrero

El reloj marcaba las once de la noche cuando él llegó: llevaba su traje de chaqueta y sombrero negro.
 La dura realidad se desvanecía con su reencuentro de pasión, al ponerse ella su sombrero y crear su propia ensoñación.
 En cada visita al sombrío y frío apartamento, sentía junto a su cuerpo el descenso a los infiernos: las llamas abrasaban su corazón. Luego ascendía al cielo con sus brazos bañada de una cálida luz.
 Un amanecer, vio que se había olvidado el sombrero. Se lo puso y, por primera se vez, se vio como él: poderosa y abierta al mundo.
 El reloj marcó las once de la noche sin que él apareciera, pero a ella ya le bastaban sus fantasías.

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